Quiero dormir contigo

Debido a ciertas circunstancias vitales en las que no tenía mucho margen de maniobra tuve que adaptarme a una situación en la que no deseaba estar. Mucha gente se encuentra en esta situación y todos hacemos lo que podemos con lo que tenemos.

En mi caso estaba pasando por una época en que mi pareja de ese momento había decidido terminar conmigo. El motivo de la ruptura fue porque encontró a un chico que le resultaba interesante y con el cual quería conocer más. La última época de nuestra relación no fué del todo sana, y podríamos decir que en ese momento, ya éramos simplemente amantes, sin demasiado compromiso. La ruptura fué dramática, ya que en ese momento no tenía muchos estímulos que hicieran mi vida agradable. Tenía un trabajo con el cual no me sentía realizado, y sentía que estaba en un entorno el cual iba en contra de mi manera de ser. Mi pareja, entonces, representaba esos valores en los que me sentía identificado, con lo cual la rotura fué algo que me provoco cierta crisis existencial.

Pasado un tiempo y después de conseguir algunos nuevos amigos con los cuales sentía que tenía cierto margen de crecimiento personal empecé a tontear con chicas. La verdad es que siempre he tenido dificultades de tipo relacional con las mujeres, siempre y cuando sea con la intención de ligar. Con lo que me sentía ciertamente vulnerable y al mismo tiempo patoso. Con ese grupo nuevo de amigos había una chica la cual tenía varios pretendientes, aunque algunos eran esporádicos con finalidades puramente sexuales, y otros más bien platónicos, nunca pensé que podría tener algo con ella. Su nombre era Magda.

El hecho es que era la amante de un amigo, el cual siempre tenía mucho éxito con las mujeres. Yo había salido de fiesta con ellos en varias ocasiones, y siempre hacía el papel de amigo “vela” que estaba ahí hasta que ya nos íbamos cada uno a su casa, o en su caso, a la casa de uno de ellos. La cuestión es que pasado un tiempo, y habiendo pasado varias cosas entre nosotros como amigos, pasé a la primera línea de fuego. Sin saber exactamente cómo, y por un efecto rebote, acabé en la cama con esa chica. La verdad es que no tenía ninguna intención de acabar con ella pero una serie de hechos fortuitos hicieron que así fuera.

La primera noche que estuvimos juntos no fue como yo esperaba. Llegamos a la cama besándonos y jugando, tal y como debía ser. Nos pusimos a la cama y nos desnudamos, nos empezamos a besar y a tocar, y ahí ya noté algo que no me esperaba. Mi pene estaba perfectamente flácido, como un chicle. Intenté en varias ocasiones tener una erección pero la verdad es que no tuve éxito con ello. Me sentí frustrado porqué mi voluntad no era capaz de mover mi cuerpo. A pesar de ese fracaso tuva la destreza de poner en práctica otros movimientos en los que soy mas diestro, como el sexo oral. Recuerdo notar su sexo frente mi cara, y usar mi lengua de manera hábil para dar placer. A pesar de no tener una erección decente sí tuve la capacidad de ofrecer placer con el sexo oral, de modo que almenos tuve la sensación que fui de alguna manera útil.

Ese hecho puntual se repitió en varias ocasiones. En realidad quedamos en alguna otra ocasión para terminar el trabajo que no hicimos la primera vez, que era la penetración. Pero en las dos veces posteriores tampoco tuve ninguna capacidad de poder tener una buena erección. Ella muy amablemente, me dijo que no había ningún problema, que ella como chica le había pasado muchas veces, aunque en el caso masculino es mucho mas visual que en el caso femenino. Otro día, tomando un café, me recomendo una película indi, en que el personaje principal era un hombre que no podía tener una erección estando con mujeres, y en cambio sí las tenía viendo videos caseros de ellas. Me lo recomendó porqué consideró que quizá me sentiría identificado. Efectivamente, le tuve que decir que sí, que me sentía identificado con el personaje principal, a lo cual le di las gracias por el referente. Hay que decir que era una persona con la cual se podía hablar de todo y en ciertos momentos era muy agradable contar con su compañia.

Pasó un tiempo sin que tuvieramos mucho contacto, ella hacía su vida y yo la mía. Un dia cualquiera, me escribió y me comentó que quería quedar conmigo. Haciendo un café me explicó que echaba de menos quedar conmigo. Que a pesar de no haber tenido una relación sexual completa, y no ser amantes en toda regla, que le gustaba mucho dormir conmigo. Me explicó que le costaba dormir bien con alguien, y que conmigo curiosamente dormía perfectamente. Eso me hizo sentir bien, ya que al menos tenía la sensación de que le podía dar algo que otros no le daban. De todos modos sentía una cierta sensación de fracaso, ya que si por mi fuera hubiera tenido sexo con penetración con ella, pero por alguna razón mi cuerpo no reaccionaba como a mi me gustaría.

El hecho era que me explico esto pero tambíen que había conocido a alguien. Me comentó que tenía un amante con el que quedaba asiduamente y con el que tenía sexo de muy buena calidad. Me lo comentó porqué en el fondo era un poco egocéntrica y no se daba cuenta que me podía m*****ar. De todos modos eso definia un poco lo que yo significaba para ella, un amigo con el cual poder charlar y explicar sus cosas. Me comento que era un chico con un cuerpo muy atlético, fuerte, y que sexualmente era muy activo. Me comentó incluso que pasaban mucho rato follando y que conseguía darle varios orgasmos en una misma noche. A pesar de eso, que ella valoraba muy positivamente, no podía dormir bien con él. Por ese motivo, me comentó que le gustaría dormir juntos alguna vez.

Ya me dejó muy claro que no podía pasar nada, ya que ella tenía intención de seguir viendo a ese chico y no quería interponer otras personas. Aunque a ella le había gustado mucho como le había lamido en las ocasiones que estuvimos juntos, me remarcó muy claramente que eso no debía pasar porque sería un error. Me dijo que le caía muy bien y que me apreciaba, pero que solo podía ser como amigos, y que sexualmente estaba totalmente satisfecha. Ante tal situación me sentí bastante humillado ya que pensaba que me tenía un poco mas en consideración, pero entendí que me buscaba simplemente por su interés, dejando de lado toda empatía. También me hizo una justificación un tanto maquiavélica usando mi impotencia para justificar el hecho de que me explicara todo eso. Me dijo que como yo no podía tener una erección, y como las veces que habíamos quedado no pude penetrarla, era como si no hubiera pasado nada. Supongo, que al fin y al cabo, necesitaba justificar su petición, y le resultaba mucho más facil si me consideraba un amigo con el que no había pasado nada. También me comento que conmigo se sentía muy tranquila, porque sabía que nunca intentaría hacer nada con ella, ya que sabía que no podría penetrarla, con lo que ya no valia la pena intentarlo. En cierto modo tengo que decir que tenía razón. El hecho de haber estado con ella varias veces sin éxito me quitaron las ganas de volver a intentarlo por miedo al fracaso, de modo que me resultaba mucho más agradable no plantearme hacer nada.

Después de la conversación paso un tiempo en que no nos vimos ni hablamos a pesar de que quedamos en que le diría algo. Yo me senti durante un tiempo muy humillado, no tanto por la propuesta sino por la justificación que me dio y por definirme directamente como un eunuco. De todos modos también la entendía, ya que probablemente si yo fuera una chica preferiría un chico sexualmente potente que impotente.

En definitiva, pasado un tiempo, y después de madurar la conversación, y de haber experimentado otras circunstancias vitales que me dieron a entender que en cierta medida todo lo que me había dicho era verdad, estuve más receptivo a su propuesta. En el fondo, me di cuenta que me gustaba, o me daba cierto morbo, su actitud un tanto altiva y prepotente, al menos en el hecho de plantearme la situación. De explicarme libremente y sin preguntar el gran sexo que tenía con ese chico, y el compararme indirectamente con él, resultando ser un hombre muy poco viril. Esa especie de humillación me hizo sentir mal, pero una vez lo acepté, también me excitó. Me di cuenta que aunque con ella no consiguiera estar excitado, esa situación humillante sí me excitaba en casa cuando pensaba en ella. Me masturbé en numerosas ocasiones pensando como me veía ella, y aceptar su propuesta me resultaba en esos momentos muy morboso, aunque lo tuviera que vivir a solas.

De modo que cuando hice todo ese proceso la escribí. Le dije que había pensado la propuesta que me había hecho. Antes de darle una respuesta le pregunté si todavía estaba con ese chico, a lo que me respondió que sí, que todavía se veía y que todo iba muy bien con él menos el dormir acompañada. Una vez tuve esa respuesta le comenté que me gustaría poder ofrecerle lo que me pidió. Respondió muy efusivamente diciendome que era el mejor y que me diría algo cuanto pudiera quedar.

Esa misma semana me dijo que el viernes estaría tomando algo por el barrio y que podía ir con ella para después ir a su casa. A pesar de haber aceptado su propuesta me puso una condición extra, no quería que nadie del grupo de amigos lo supiera. No quería complicar su relación con ese chico y no quería que la gente lo comentara. Como no podia ser de otra manera acepté, y quedé con ella en un bar para tomar unas copas de vino, y escuchar su vida sexual con ese chico justo antes de ir a su casa para dormir abrazado a ella.

Pasada la primera noche juntos establecimos ya una rutina, la cual era vernos una vez por semana para dormir juntos. Yo aprovechaba esos momentos para preguntarle como le iba con ese chico e intentar ayudarla para tener una mejor satisfacción con él. Era una manera para poder sentir cierta inferioridad y así poder estimularme en casa solo con sus historias. Cuanto más contenta estaba conmigo y más asexual era para ella, mejor era mi sesión de sexo solitario.
发布者 boytoy_bcn
2 年 前
评论
1
以发表评论
Domdomdu
Wow delicios 
回答